Creo que como cristianos jóvenes a veces pasamos mucho de nuestro tiempo tratando de encontrar el límite de lo permitido. Buscamos la línea que divide el pecado de la virtud y tendemos nuestras carpas en esa frontera. Desarrollamos pecados respetables o tolerables, nos involucramos en practicas que si bien no tienen nada de malo tampoco tienen nada de bueno.
El peligro de esto es que poco a poco nos vamos desensibilizando al pecado y hacia Dios, vamos cauterizando nuestras conciencias, endureciendo nuestros corazones, adormeciendo nuestro juicio, comprometiendo nuestra integridad, caemos victimas ante el dios del entretenimiento; le entregamos nuestra juventud; desperdiciamos nuestra vida.
En nutrición se dice que: No es lo malo que comes lo que te hace daño sino lo bueno que dejas de comer. O en palabras inspiradas: “¿Por qué gastan dinero en lo que no es pan, y su salario en lo que no satisface?” Is. 55:2
Creo que el entretenimiento es como la comida chatarra, si bien es una bendición de Dios, ciertamente no se puede alimentar al organismo con ella. Engorda, pero no sacia. Llena pero no nutre. Distrae, pero no cautiva.
Fuimos hechos para llenarnos de otro tipo de pan, del pan verdadero, de la palabra de Dios y de su verbo encarnado. (comerán lo que es bueno, y se deleitarán con manjares deliciosos Is 55:2) Solo Jesus satisface.
Asi que la pregunta no es hasta donde puedo llegar sin que este pecando, sino que debo hacer para poder disfrutar, deleitar, saborear ese pan de vida eterna llamado Jesus.
Si estamos haciendo lo que debemos de estar haciendo (Conociéndolo y dándolo a conocer) no nos debemos de estar preocupando por lo que no debemos de estar haciendo. Vivir de alguna otra manera es un desperdicio de vida. Todos los hombres mueren, pero no todos verdaderamente viven.
"No hay terreno neutral en el Universo. Cada milésima de segundo, cada centímetro cuadrado es reclamado por Dios, y contra-reclamado por Satán" C.S. Lewis
GDC
Hace 13 años
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